
Cruzamos una vez más el umbral de la locura. Acaba de salir al mercado lo último en materia de smartphones: un ‘smart-colchón’ o ‘colchón inteligente’, conectado directamente con tu teléfono móvil para monitorizarte el sueño. ¿Estamos cada vez más cerca de la telepantalla que vigilaba a Winston mientras dormía en la novela 1984? Sigan leyendo.
Esta innovación ha sido desarrollada por uno de los fabricantes de colchones más conocidos en España. El invento se promociona como una gran virtud: «analiza tu sueño para ayudarte a dormir mejor». Y en la información promocional de la compañía podemos leer lo siguiente: «El sistema digital cuenta con varios sensores que miden y analizan datos importantes para mejorar la calidad del descanso como la temperatura de tu habitación, las fases del sueño, los movimientos al dormir o el ritmo cardíaco». Para ello es necesario que el durmiente se acueste con una pulsera electrónica directamente sintonizada con su smartphone a través de la aplicación descargable que incorpora el colchón.
Nosotros no nos cansamos de insistir en la importancia de liberar el dormitorio de cualquier clase de aparatos electrónicos (véase El dormitorio, territorio vedado y Guía de protección básica frente a las radiaciones electromagnéticas), no solo por higiene fisiológica y medioambiental, sino sobre todo por salud mental. Pero el mercado de las apps no conoce límites, buscando penetrar con ansiedad en los más íntimos rincones de nuestras vidas.
Con este ‘colchón inteligente’ no solo podemos «monitorizar nuestro sueño» y volcar toda esa información íntima en una aplicación que recopila para el fabricante los hábitos de miles de usuarios. Existen varias modalidades de interacción. Así, «el ‘modo coach’ te propone retos personalizados para sacar el máximo rendimiento a tu descanso». De esta forma, el acto placentero de dormir, que hasta ahora y durante toda la historia de la humanidad venía consistiendo en relajarse y dejarse llevar por el sueño, se convierte en una carrera orientada a obtener rendimientos (como todo lo demás en nuestras vidas programadas). ¿Cabe imaginarse una idea más neurótica?
Pero no acaban aquí las bondades del dispositivo. La aplicación del colchón también ofrece la posibilidad de activar el ‘modo amor’, para monitorizar y sacar jugosas conclusiones de todas esas otras actividades diferentes al descanso que llevamos a cabo en la cama.
Nada de lo aquí relatado es broma: vigilen muy bien a qué o a quién meten en su dormitorio. O se verán convertidos por sorpresa en el personaje de Parsons de 1984… pero en su propia casa y en el siglo XXI (Sal de la Máquina, capítulo 5).